Hoy pongo a prueba sleep sort, pero no cualquier sleep sort: voy a acelerarlo para ver hasta dónde llega antes de romperse.
Antes, un resumen rápido de qué es sleep sort. La idea es lanzar un hilo por cada elemento a ordenar y hacer que cada hilo duerma un tiempo proporcional al valor del elemento. Cuando despierta, imprime o añade su número. Si el reloj y el planificador del sistema fueran perfectos, los más pequeños despertarían antes y el resultado quedaría ordenado.
Ejemplo mental con la lista [1, 3, 2]. Se crean tres hilos. El hilo del 1 duerme menos y termina primero, luego el del 2 y finalmente el del 3. La salida esperada sería 1, 2, 3. Simple, pero con muchas trampas en la práctica.
Cómo lo aceleré: si duermo exactamente el valor del elemento, todo es muy lento. Así que probé a dividir el tiempo de espera por un factor. Cuanto mayor es el divisor, menor es la espera y más rápido finaliza, pero aumenta el riesgo de que el orden se rompa por la resolución del temporizador del sistema, la latencia del scheduler y otros ruidos.
Pruebas en Python. Con tiempos sin dividir, la ordenación tardó cerca de 13 segundos. Al dividir por 100, el orden siguió siendo correcto y el tiempo cayó drásticamente. Subiendo el divisor, encontré el punto de ruptura en mi equipo en 456, es decir, hasta 455 la salida se mantenía correcta y a partir de 456 empezaban errores. Equipo de prueba: HP ProBook 455 G8, AMD Ryzen 5 5600U, 16 GB DDR4.
Límite práctico con Python alcanzado, probé en Rust buscando mejor precisión y menor sobrecarga. Con tiempos completos también rondó los 13 segundos. Dividiendo por 455, correcto. Por 1000, también correcto. Por 5000, sorprendentemente seguía bien. Por 10000, ya aparecieron desórdenes. Tras varios intentos, el punto de ruptura en mi máquina quedó en torno a 6760. Estos umbrales dependen del hardware, del sistema operativo y de su resolución de temporizador.
Qué nos enseñan estos experimentos. Uno, sleep sort es más una curiosidad que un algoritmo de ordenación usable en producción. Depende de factores no deterministas como el planificador de hilos, la granularidad de temporizadores y la carga del sistema. Dos, aunque puedas comprimir los tiempos dividiéndolos, llega un momento en que la resolución temporal no distingue números cercanos y se invierte el orden. Tres, si necesitas rendimiento real, los algoritmos y estructuras de datos deben elegirse por complejidad, estabilidad y robustez, no por trucos temporales.
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Conclusión práctica. Sleep sort es entretenido para aprender sobre concurrencia, temporizadores y scheduling, pero es inútil en entornos reales. Si necesitas ordenar, usa algoritmos probados. Si necesitas acelerar tu software, mide, perfila, elige estructuras adecuadas, paraleliza donde aporte y apóyate en equipos con experiencia. Para todo lo demás, estamos para ayudarte con inteligencia artificial, ciberseguridad, servicios cloud aws y azure, servicios inteligencia de negocio con power bi y soluciones de software a medida pensadas para durar.