Introducción: más que un proyecto
Cuando lancé Better World Project pensé que solo estaba enseñando a personas mayores a usar tecnología. Tenía un plan, un equipo de voluntariado juvenil y una misión clara: empoderar a los adultos mayores con alfabetización digital. Lo que no esperaba era cuánto me transformaría esta experiencia, no solo como formador, también como comunicador, líder y ser humano.
No se trataba únicamente de dispositivos y aplicaciones. Se trataba de dignidad, conexión y confianza. Y en el camino aprendí habilidades que me acompañarán mucho más allá del aula.
Lección 1: traducir tecnología en confianza
Uno de los primeros retos fue explicar conceptos técnicos de forma cercana. Para muchos participantes, incluso términos como Wi-Fi o correo electrónico eran desconocidos. Tuve que eliminar jerga y replantear cada idea desde la relevancia cotidiana.
En lugar de decir vamos a configurar tu correo, decía vamos a ayudarte a enviar un mensaje a tu nieto. Ese cambio, de lo abstracto a lo personal, fue transformador. Me enseñó a comunicar con empatía, a escuchar lo que la gente realmente necesita y a construir confianza a través de la claridad.
Esta habilidad, convertir la complejidad en conexión, hoy la uso a diario, ya sea resolviendo un problema de base de datos o mentorizando a un compañero en fundamentos de ciberseguridad.
Lección 2: la paciencia es un superpoder
Enseñar a personas mayores exige una paciencia diferente. No es repetir instrucciones, es honrar el ritmo de alguien que enfrenta algo completamente nuevo. Aprendí a desacelerar, a celebrar los pequeños logros y a no subestimar el peso emocional de la inclusión digital.
Un momento imborrable: la Sra. López nunca había usado un smartphone. Tras tres sesiones logró unirse a una videollamada con su familia en California. Cuando vio sus caras en la pantalla, lloró. Nosotros también.
Aquel instante me recordó que la tecnología no es solo funcional, es profundamente humana. Y que la paciencia no es solo una herramienta didáctica, es una forma de respeto.
Lección 3: liderazgo desde el servicio
Coordinar voluntarios, diseñar sesiones y adaptarme a imprevistos me impulsó a crecer como líder. No solo gestionaba logística, creaba un espacio seguro para aprender, preguntar y equivocarse.
Aprendí a orientar a voluntarios más jóvenes, delegar tareas y mantener al grupo centrado en la misión común. También a gestionar tropiezos, como una caída de la red Wi-Fi a mitad de clase o el acompañamiento uno a uno cuando alguien se sentía abrumado.
Comprendí que el liderazgo no va de control, sino de crear condiciones para el crecimiento. Y que el servicio es la forma más poderosa de liderar.
Lección 4: fluidez técnica con impacto humano
Mientras me preparo para una carrera en TI y ciberseguridad, suelo pensar en sistemas, protocolos y rendimiento. Este proyecto me recordó que la tecnología solo es tan poderosa como su accesibilidad.
Enseñar a crear contraseñas robustas, reconocer intentos de phishing y navegar ajustes de privacidad me hizo valorar aún más la educación en seguridad. No es solo proteger datos, es proteger personas. Por eso conecto esta vocación con nuestros servicios de ciberseguridad y pentesting, diseñados para anticipar riesgos y fortalecer la resiliencia digital de organizaciones de todos los tamaños.
Esta experiencia profundizó mi comprensión del diseño seguro de sistemas y reforzó mi compromiso de construir tecnología que sirva a todos, especialmente a quienes han quedado rezagados por la brecha digital.
Lección 5: el poder del aprendizaje intergeneracional
Una de las partes más hermosas fue ver cómo jóvenes y mayores aprendían mutuamente. Las personas mayores aportaron sabiduría, historias y resiliencia. La juventud trajo energía, curiosidad y fluidez tecnológica. Juntos construyeron algo más grande de lo que cada grupo habría logrado por separado.
Vi amistades nacer, la confianza crecer y estereotipos desvanecerse. Descubrí que el aprendizaje intergeneracional no solo es efectivo, es esencial. Fomenta la empatía, fortalece comunidades y nos recuerda que aprender es un viaje de por vida.
Q2BSTUDIO: tecnología con propósito
Todo lo aprendido nutre mi trabajo en Q2BSTUDIO, empresa de desarrollo de software que crea aplicaciones a medida y software a medida con un enfoque humano y seguro. Ayudamos a cerrar la brecha digital con soluciones escalables basadas en inteligencia artificial, ia para empresas y agentes IA, integradas con servicios cloud aws y azure y con analítica avanzada mediante servicios inteligencia de negocio y power bi. Si buscas llevar estas capacidades al corazón de tu organización, conoce nuestra propuesta de inteligencia artificial para empresas y agentes IA, diseñada para generar valor real desde el primer día.
Conclusión: un mundo mejor empieza con pertenencia digital
Better World Project me enseñó que la alfabetización digital es más que una habilidad, es una puerta a la pertenencia. Cuando las personas mayores aprenden a moverse en lo digital, se reconectan con su familia, acceden a servicios vitales y recuperan independencia. Y cuando la juventud enseña, descubre su capacidad de liderar, servir e inspirar.
Mientras avanzo en mi carrera, ya sea en administración de sistemas, DevSecOps o ciberseguridad, llevaré estas lecciones conmigo. Porque no importa cuán avanzada sea la tecnología, su verdadero poder está en cómo nos une.
Este proyecto no solo cambió la vida de quienes participaron. También cambió la mía.