Después de luchar por mantener mi presencia en LinkedIn mientras dirigía una firma de consultoría, desarrollé una herramienta de automatización que evolucionó hasta convertirse en Linkeme.ai, una plataforma que genera y publica contenido de marca en redes sociales. Lo que hace única a esta historia es que la inteligencia artificial no solo impulsó el producto; también ayudó a conceptualizar la idea de negocio, diseñar la arquitectura, escribir el código y ahora ejecuta todo el sistema. Esta relación recursiva con la inteligencia artificial transformó un hack personal en una solución empresarial que procesa miles de publicaciones diarias, demostrando un nuevo modelo de empresas nativas de IA donde la inteligencia artificial funciona más como un cofundador que como una herramienta.