La frecuencia de las actualizaciones de seguridad en un entorno de software web personalizado depende del riesgo, la arquitectura y las exigencias regulatorias, pero existe un enfoque pragmático que combina vigilancia continua con ventanas de mantenimiento periódicas. En la práctica se suele operar sobre tres franjas: detección y respuesta inmediata ante fallos críticos, parches regulares para vulnerabilidades conocidas y revisiones profundas programadas. Los incidentes de alto riesgo requieren desplegar hotfixes en horas o días, mientras que correcciones de bajo impacto pueden agruparse en actualizaciones mensuales o trimestrales para minimizar interrupciones operativas. Las renovaciones mayores que implican cambios arquitectónicos o migraciones a nuevas plataformas suelen planificarse con más antelación, por ejemplo anualmente. Una cadena de trabajo segura incluye monitorización automatizada, análisis de dependencias, escaneos SAST y DAST, tests en entornos de staging y despliegues canary con capacidad de rollback, todo integrado en pipelines CI/CD y prácticas DevSecOps. Además, las pruebas de intrusión y auditorías regulares complementan los controles automatizados; puede consultarse apoyo profesional especializado en seguridad por ejemplo en servicios de ciberseguridad y pentesting para establecer una estrategia. Para organizaciones que operan en la nube es importante sincronizar las ventanas de parche con proveedores como AWS y Azure y con las copias de seguridad y redundancias, y en ese caso resulta útil una coordinación mediante proveedores de nube gestionada como servicios cloud aws y azure. Cuando el software es una solución empresarial desarrollada a medida, ya sean aplicaciones a medida o software a medida con módulos de inteligencia artificial, los equipos deben también controlar modelos y agentes IA, tanto por riesgos de seguridad como por integridad de datos. Las actualizaciones no solo corrigen vulnerabilidades, también habilitan mejoras de cifrado, telemetría para respuesta ante incidentes y compatibilidad con herramientas de inteligencia de negocio como power bi. En Q2BSTUDIO diseñamos procesos de mantenimiento que priorizan la continuidad del negocio: definimos SLAs, planificamos ventanas de paro mínimo, documentamos cada cambio y comunicamos a las partes interesadas antes y después del despliegue. En resumen, no existe una única periodicidad aplicable a todos los casos; la mejor práctica combina monitorización 24/7, parches urgentes cuando proceda, ciclos mensuales o trimestrales para actualizaciones rutinarias y auditorías exhaustivas al menos una vez al año, adaptando esa cadencia al perfil de riesgo, al cumplimiento normativo y a las necesidades de crecimiento del negocio.