Digitalizar un negocio que vive de documentos, emails y planillas y que coordina a múltiples actores (clientes, proveedores, transporte, almacenes) no es trivial. La información se reparte en silos, se repite a mano y llega tarde. Esto provoca errores, retrabajo y poca visibilidad en tiempo real de operaciones, inventario, márgenes y servicio. Además, la empresa necesita escalar sin aumentar costes operativos, estandarizar procesos, asegurar cumplimiento y ofrecer una experiencia más ágil a equipos y clientes. En resumen: pasar de “apagar fuegos” a operar con datos, ritmo y control.